Trono Procesional

Clasificación genérica: Altorrelieve y talla

Autor: Hermanos Caballero González   

Material/Soporte: Madera de Pino

Técnica: Tallado en madera de cedro barnizada

Dimensiones: 2,75 x 4,15 x 0,75m.

Datación: 1997-2000

Descripción:

El paso de la Hermandad de Jesús del Gran Poder (1688-1692) realizado por Antonio Ruiz Gijón y que aún hoy se conserva, es la pura representación de los pasos de las Hermandades andaluzas, de las cuales todos los artistas han realizado sus trabajos con las miras puestas en este paso.

No iba a ser menos el taller de los Hermando Caballero González, que realizo un paso de bombo cóncavo convexo al más puro estilo barroco.

Así pues, el dieciocho de mayo de mil novecientos noventa y siete, cuando nuestro Hermano Mayor Antonio J. Luque Mata firmó el contrato con los Hermanos Caballeros, al concluir la eucaristía de la Realeza de la Virgen, en la Parroquia de la Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús.

Estas andas penitenciales realizadas en un monocronismo de oscuras pátinas, propias del purismo neoclasicista. Sus acabados están exentos de aprestos frutales, propios del barroco para buscar una atmosfera luminosa y evitar la falsa sensación de riqueza, muy en line con el pensamiento racional de la Hermandad. 

La hermandad idealiza un proyecto, conformador de minucioso diseño, incluyendo la abundancia de entrelazado, muy racionalizados, con elementos de naturaleza vegetal, articulados esencialmente en hojarasca, ovas y pámpanas, componiendo paños ondulantes cercados por marcos compuestos de toros, baquetones festonados y moldura de vivas aristas en unos casos y muy obtusos en otros, cuidando la armonía de la composición movida y afiligranada.

Todo esto se puede resumir, según el conocimiento popular codificado, con el nombre de “estructura de bombo”, denominación asignada a las consabidas formaletas convexas y cóncavas, tan realizadas por toda la geografía andaluza, destinadas esencialmente para los pasos de imágenes centradas y exentas, digna de mención por tratarse de un paso de misterio, donde el espacio resulta de vital importancia para el desenvolvimiento del grupo y de la plasticidad pretendida.

Imaginería

Cartelas

Arcángeles

Angelitos

Descripción:

El 12 de junio de 2004, se firma por ambas partes el contrato para la “realización de cinco Ángeles realizado en madera tallada, dorada y policromada, todos ellos diferentes en forma y posición, para el cajillo del Trono de los Sagrados Titulares de la citada Cofradía”.

Así mismo acuerdan que la finalización del citado trabajo se llevara a efecto para el mes de febrero de 2005.

Los iconos destinados al paso Penitencial están concebidos como tallas exentas, bien anatomizadas y de variados escorzos. Se presenten dotados de abundante cabellera, confortando sobre la frente el peculiar copete montañesino, aunque de menor entidad. Ellos, enmarcan el profundo sentido sacro exteriorizado por las escenas mariana contenidas en las cartelas, añadiendo viveza al elemento alterador del canasto, en contraposición con las dosis de serenidad transmitidas por la iconografía de las cartelas.

Manuel dispone los dos primeros de composición armónica, en el segmento superior del paño delantero, constituidos en frontispicio de este, portando singular edículo de orfebrería. Otras dos parejas se encuentran sobre los paramentos próximos a las cartelas, por cada lateral, evitando repetidas composiciones geminadas, si guardar simetría alguna, aportando turgencias a la volumetría y en aplicación de la conocida audacia escultórica del maestro Pacense Manuel Carmona como autor de los iconos menores.

Como curiosidad realizó dos angelitos para el arco de la campana, del paso de la Hermandad, uno con la mano puesta en los oídos como no queriendo escuchar el estruendo de la campana y el otro con el martillo tocando con ímpetu dicha campana, posiciones para unos angelitos poco elaboradas, siendo estos donados por dos cofrades amigos del Hermano Mayor por entonces Antonio Juan Luque Mata.

Iconografía:

Son conocidos con este nombre los representantes de los espíritus celestes, destinados a servir la voluntad del creador como mensajero divino.

La creencia sobre la existencia de seres alados celestiales se remonta más allá de la época medieval pues los egipcios, los griegos y los romanos ya los representaban en sus esculturas y grabados. Toda esta tradición iconográfica ayudó a los pensadores medievales a construir una imagen de los ángeles cristianos, ya que las fuentes bíblicas les ofrecían escasas reproducciones y las que les brindaban no eran uniformes. De este modo, intentando contradecir lo menos posible los preceptos teológicos, diseñaron modelos que se convertirían en una constante en el arte cristiano medieval.