La realizaciones de “andas” procesionales para las Hermandades penitenciales malagueñas en lo referente tanto a su diseño como al modo de ejecutar la pieza, han sido clasificadas en un “cajón de sastre” al que se ha denominado por aceptación popular como BARROCO. El tipismo y el populismo cofrade, ha exaltado hasta la saciedad el carácter inmutable y “eterno de este estilo, como el único modo posible y aceptable por los postulados más “castizos”, de plasmar, o mejor dicho, personificar el arte oficial de las representaciones cofrades.
Será por ello, por lo que otros estilos artísticos, como el gótico, renacimiento, plateresco… quedan relegados a un segundo plano, o entran a formar parte de ese “cajón de sastre”.
En cualquier caso el trono de las Penas sigue fielmente las directrices marcadas en el barroco. Esto es, un juego de líneas cóncavo convexas, que enfatizan soberanamente los entrantes y salientes y forman vertiginosamente los volúmenes, originando ocho cuerpos semicirculares proyectados hacia el exterior, y donde se insertan cartelas que moldean la superficie. Con ello se parte el consabido movimiento, juego de luces y sombras, dando lugar a lo quien se ha determinado como Bombo. En bombo irá una cartela tallada con los mismo motivos.
El cajillo y los arbotantes están pensados para se realizados en madera de Cedro Real, las figuras que forman su decoración irán todas policromadas y talladas en el más puro estilo Barroco acorde con la composición del cajillo. Su planta es rectangular con unas dimensiones aproximadas de 2,70 x 4,15 y 0,75 de alto, en cada esquina los arbotantes serán retranqueados, dejando un hueco para la colocación de cuatros arcángeles estilo Roldanescos, valiente, con gran movimiento y fuerza, con una dimensiones aproximadas de 0,75 cm. de altos con los atributos pasionistas en sus manos.
La parte central del cajillo estará formada por volutas y arabescos cruzados y calados de afiligranados dibujos, del mas puro estilo Barroco -churriguero, sin frutas ni cabezas de angelitos.
Llevando todas las molduras talladas, la dos escocías y bombo talladas y caladas igual que el cajillo. En el inglete central las dos molduras altas se recogen hacia dentro para la colocación del Relicario en plata y los dos angelitos putti sosteniendo dicho relicario.
A la hora de plantear la iluminación del trono, la hermandad se decidió por arbotantes esbeltos, es decir con brazos serpeantes de gavilla y nudos y hojas de acantos entre sus codos. La incorporación de estos seis arbotantes confiere al proyecto mayor esbeltez y luminosidad, en cierta manera, permite la posibilidad de distribuir mejor el espacio físico, para que las figuras del misterio este mejor situadas y así poder verlas desde cualquier punto.